La seducción del Minotauro by Anaïs Nin

autor:Anaïs Nin [Nin, Anaïs]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Otros
editor: ePubLibre
publicado: 1961-01-01T00:00:00+00:00

EPÍLOGO

Las dos caras de la muerte en La seducción del Minotauro de Anaïs Nin[2]

Despiertan para convertirse en guardianes

de todos los vivos y los muertos.

HERÁCLITO

En lo que Jung denominó proceso de individuación existe un momento, crucial, intensificado por la significación arquetípica, que es el encuentro del Minotauro con nuestro propio yo: el Minotauro cuyo presentido semblante tanto tiempo de nuestros días —y de nuestras noches— dedicamos a evitar; como si enfrentarnos, con él representase la instantánea y total dispersión, el olvido. Sin embargo, a medida que aumenta la conciencia y el rostro sigue sin ser visto, vamos dándonos cuenta de que todo depende de ese acto de descorrer el velo, conocimiento que nos gustaría relegar al vago e incierto reino de la sospecha, de la entelequia, donde podría quedar descartado con facilidad para que pudiéramos sentirnos libres de «hacer otras cosas», de «seguir viviendo». Y es precisamente en ese instante cuando la sospecha adquiere otras formas: tal vez la vida no exista sin ese encuentro que evitamos; tal vez aquí todos estemos muertos hasta que contemplamos el único rostro que puede despertarnos. La vida parece agrandarse y cobramos conciencia de que el punto que ocupamos puede constituir, únicamente un pequeño rincón desde el que proyectamos, temerosos, lo que tal vez no sean sino parcelas del yo hacia un futuro cuyas limitaciones rígidas, inmóviles, parmenídeas, sirven para sofocar y matar. Dentro de nosotros hay algo que quiere que nos ensanchemos con el curso de la vida para ocupar puntos siempre más alejados del silencioso centro del vórtice de la vida, para convertirnos en yoes que fluyen, libres, instalados en nuestra condición esencial.

Anaïs Nin ha escrito sobre esa toma de conciencia de una mujer, Lillian, quien, como resultado de sus viajes a las ciudades del interior (frase que forma parte del título de la «novela continua» de Anaïs Nin), inicia su viaje hacia casa. Viajes múltiples, un solo viaje.

La seducción del Minotauro, como todas las novelas de Anaïs Nin, sugiere en nosotros reverberaciones, a veces de problemas que conocemos desde hace tiempo, problemas que ya pusimos al descubierto y resolvimos, y otras veces algunos de esos temas que aún no se han presentado y cuya importancia todavía se nos escapa, pero que, sin embarga podemos anticipar con claridad. Ella, que ha estado allí, donde nosotros también hemos estado, y que ha estado antes que nosotros allí donde podemos sospechar que iremos de seguir nuestro viaje, ella, que sostiene el hilo dorado, es la que abre el camino. Es decir, la novela tiene algo que enseñarnos. Como ocurre con todas las novelas de Anaïs Nin. Su resonancia en la vida hay que buscarla a unas profundidades que pocas novelas alcanzan. Y eso quiere decir que la novela es una novela difícil. Como lo son todas las novelas de Anaïs Nin. Es una novela que requiere no una simple lectura, sino una meditación o, por emplear una palabra más exacta, una reflexión.

Para leer las novelas de Anaïs Nin debemos mostrarnos reflexivos. La feminidad de la autora ha sido universalmente reconocida.

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